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miércoles, 3 de diciembre de 2014

RUTA VALDEGANGA (DIPUTACION) HOZ DEL JUCAR-NOV 2014-1ª PARTE























   El "cuco" o "chozo" representa probablemente la construcción más peculiar y emblemática.

Se trata de construcciones de planta circular con alzado cónico o cilíndrico que se remata a modo de cono formando una falsa bóveda mediante la técnica de aproximación de hiladas. A menudo esta falsa bóveda había de reforzarse con tirantes de madera y se remataba con una losa o bien en los casos más espectaculares con una piedra tallada en forma cónica. Una vez más estas construcciones eran realizadas en piedra trabada con mortero y a menudo revestidas mediante un enfoscado del mismo mortero. En ocasiones puntuales las cubiertas se rebajaban resultando de ello remates hemisféricos, que en el noreste albaceteño representan casi una rareza

Existe una variante de estas construcciones, con planta cuadrada y remate piramidal/cónico.

Siguiendo la tónica general de variabilidad en las definiciones estas construcciones son denominadas cucos en la mayor parte de la provincia, si bien también son denominadas chozos y, de forma peculiar, “gallineros” en la localidad de Casas de Ves, por ser destinados a esta función en determinadas épocas del año.

Aunque algunos han querido ver una asociación entre estas construcciones y determinados momentos del ciclo productivo de la vid, parece que tal aseveración debe descartarse totalmente, estando determinado su uso más por las circunstancias técnicas (dificultad de desplazamiento, necesidad de hacer noche en el campo), que por la naturaleza del cultivo en sí, así estas construcciones se asocian indistintamente al cultivo de la vid como del cereal y la frecuencia con que se ocupan se relaciona directamente con las necesidades del ciclo productivo de cada cultivo y no con que la existencia de un determinado cultivo condicione la construcción de cucos. No puede entenderse por tanto que la afirmación frecuente de que “el cuco se usaba durante la vendimia” excluya otros usos en otros momentos del ciclo productivo de cualquier otro cultivo.

Tampoco son claras las razones por las cuales el agricultor apuesta por la construcción de una casilla o de un cuco. Probablemente y puesto que la diversidad de materiales empleados es menor, el cuco represente una solución más económica, pues puede hacerse con materiales al alcance de la mano, sin necesidad de emplear teja o cañizo; en contraprestación la casilla representa una complejidad técnica menor pues su construcción no hace necesaria la práctica requerida para dominar el juego de equilibrios que conlleva una aproximación de hiladas. Hay que contar entonces con otras razones tales como la costumbre o la propia existencia en la localidad de albañiles capacitados para la elaboración de cucos por lo que, en última instancia, una mejora del poder adquisitivo del agricultor lo haría decantarse hacia la construcción de casillas, que en muchos casos él mismo podría levantar con la ayuda de familiares o conocidos o con menor dificultad para el albañil.
                                                             CUCO
















                                              EL BARRO NUESTRO GRAN ENEMIGO



                                  EMILIETE DESPUES DE HABER SACADO EL COCHE






























































                                                   ERMITA DE SAN BENITO















                                    OTRA NUEVA RUTA ACOMPAÑADO DE BUENA GENTE


























































































































1 comentario:

Manolo dijo...

Después de recorrer unos 50 metros por el casco urbano y coger el camino de la Cuesta Blanca, rodeado de campos de cultivo y de monte bajo, en el que nos encontramos con una enorme red de caminos y senderos entre los que se encuentra la Cañada Real de los Serranos, vestigios de la antigua vía pecuaria para la trashumancia del ganado desde el alto Júcar en Cuenca hasta la zona de Valencia, Alicante y Murcia.
De ahí que durante la ruta nos encontremos numerosas construcciones de piedra seca tradicional asociadas a las labores del campo, que se utilizaban antiguamente para refugiarse, como el Cuco Cuesta Blanca y el del Conde.
Conforme íbamos avanzado, por un camino cómodo, aunque con charcos y barro, el sol iba apareciendo de vez en cuando, hasta que al final decidió quedarse. Con el buen olor que desprenden las plantas aromáticas de nuestro alrededor, a unos ocho kilómetros ya se ve cómo se va encajando el camino y la vegetación cambia, estábamos entrando en el valle del Júcar.
Comenzamos a descender hacia el Río Júcar y paramos a ver unas espectaculares vistas de la pedanía de los Alcozarejos con el río a sus pies y la hoz que este formaba. En este marco encantador, aprovechamos para descansar y almorzar.
Continuamos nuestra marcha hacia el río y vamos observando la asombrosa geología de la zona, vemos cómo la erosión y el paso de los años han hecho un cañón impresionante, y a sus pies distintas construcciones pegadas a la roca y con las huertas tan fértiles en esta zona.
Giramos a mano izquierda para seguir ya por sendero en dirección a Alcozarejos, que veíamos desde arriba. Observamos el bosque de ribera con la espectacularidad de los colores de las hojas, todavía presentes algunas en los arboles y en otras zonas tapizando el camino. Seguimos por la orilla izquierda al río a contracorriente, por la falda del caPasado Alcozarejos no paramos de ver gran cantidad de pescadores, incluso muchos cogiendo sus capturas, cabe recordar que esta zona esta acotada de pesca intensiva.
Al margen derecho, casi durante todo el recorrido vamos viendo la importancia que el río tenía en los antiguos pobladores, ya que las construcciones y las huertas pegadas a su margen son muchas, y casi todas a día de hoy abandonadas.
Este recorrido por el margen del Júcar, de unos doce kilómetros, nos llevará hasta Puente Torres, pedanía de Valdeganga, y seguidamente a las ruinas de la ermita de San Benito o del Santo, edificio del siglo XV de gran importancia antaño, ya que era un luYa desde aquí solo nos quedan 2,5 km para llegar al pueblo de Valdeganga, a una zona de recreo habilitada para el ocio y el disfrute de los vecinos, pegada al río; una bonita zona, desde donde parte la Calle Cuesta el Río, que buen honor hace a su nombre y que nos llevará al punto de partida cinco horas antes”.gar de peregrinación, hoy recuperada parte de lo que quedaba en pie.