INICIO DE LA RUTA AL PRINCIPIO CON UN POQUITO DE FRESCO
VISITA POR EL CAUDETE MEDIEVAL
Comenzaba esta ruta sobre
las nueve y media de la mañana, con un poco de frio, en
Caudete pueblo a 550 metros sobre el nivel del mar, por un recorrido por
el casco urbano de Caudete y con las sabias explicaciones de Encarna, de la
oficina de turismo del municipio.
Detallaba cómo pasearíamos por lugares tan
emblemáticos como el Callejón de las Campañas y la Plaza de la Iglesia, núcleo del
Caudete medieval. Desde allí nos dirigimos a la Plaza del
Carmen, donde encontramos el Convento de los Padres Carmelitas, del s.
XVII, así como bellas casonas de principios del s. XX. Nos encaminamos ahora a
la parte
alta del municipio, llegando a la ermita de Santa Ana,
de finales
de XVIII.
Comenzamos a bajar el cerro para salir del pueblo
por la Vereda
de Santa Ana, que fue Cañada Real de Cuenca a Cartagena. Por asfalto, nuestra
ruta discurre por el PR-AB-50, sendero de Caudete a Sierra Oliva. Cada vez nos vamos acercando más a la sierra imponente
con sus aerogeneradores en la cresta, parecían inalcanzables,
hasta llegar a un grupo de parcelas donde tras despojarnos de la ropa de
abrigo, ya que el sol había aparecido y empezaba a calentar. Giramos a mano derecha abandonado el asfalto y cogiendo una pista
para empezar la subida. Entre olivos desde aquí, ya en zona de montaña,
iniciamos la subida a través del Barranco de los Anteojos.
Al poco de empezar la subida por la pista la
dejamos, para seguir por senda. La pendiente es cada vez más
fuerte y el grupo se va alargando, ya que en este tipo de tramos es
preferible que cada uno lleve el ritmo que mejor le vaya.
La “senda de la Sierra” tiene una longitud aproximada de 3´3
kilómetros, con una pendiente de en torno al 13%. La vegetación de la ladera
sur de Sierra Oliva está compuesta por matorral de monte bajo de tipo
mediterráneo: coscoja, lentisco, madroño y enebro, además de plantas aromáticas
como espliego, tomillo y romero. Aparecen también retama, esparto y
aliaga.
A medio camino de subida, y tras un gran
esfuerzo, paramos para reagruparnos y almorzar, ya que el cuerpo lo
pedía, la altura hacia que las vistas empezaran a ser espectaculares.
Tras reponer fuerzas continuamos ascendiendo por
la senda y ahora entre pequeños pinos, hasta llegar a una de las cumbres de
Sierra Oliva, a 1.141 metros de altitud, donde se sitúa la ermita de Santa
Bárbara (originaria del s. XVII), la casa del santero y un mirador. Una gran
antena presidia nuestra llegada, aquí el Centro Excursionista de Caudete,
organizador de esta ruta, nos había preparado unos dulces y una mistela para
reponernos de la pendiente tan pronunciada que habíamos dejado atrás. Éste es
un lugar excelente para tomarse un descanso y contemplar las espectaculares
vistas que se ofrecen de tres provincias: Albacete, Alicante y Murcia. Cuentan
los mayores que, en días claros, a la salida del sol, se puede ver el mar.
Desde aquí, seguimos en dirección oeste hasta
encontrar un cruce de caminos, donde veremos indicaciones para visitar el pozo
de nieve de Sierra Oliva, construido en la segunda mitad del s. XVIII.
Entre aerogeneradores seguimos en dirección oeste
por la pista forestal que nos lleva al punto geodésico de Sierra Oliva 1.153 m.
punto más elevado de toda la sierra. Desde aquí podemos ver la extensión de
este parque eólico, ubicado entre los municipios de Caudete y Almansa.
Pasado el punto geodésico, tomamos una senda que
sale a la izquierda, es la “senda de los Cantareros” y va paralela a la pista
del parque eólico. Las pendientes acusadas en un primer tramo hace que la
prudencia sea máxima para evitar caídas. Esta senda toma su nombre de la
cantera de arcilla a la que daba acceso, y fue también camino muy transitado
por hombres y carros, que accedían por aquí a los campos de cultivo en ladera
(almendros, olivos, cereales).
En nuestro descenso, hacia el km 13´5, dejamos a
la izquierda el Pozo de Agua de Sierra Oliva, uno de los varios sondeos de agua
subterránea que se ubica al pie de sierra. Sierra Oliva posee un substrato de
naturaleza caliza con un importante acuífero interno. Por toda la ladera de la
sierra el agua brotaba de forma natural mediante manantiales y fuentes.
A los 15 kilómetros de recorrido enlazamos con el
Camino de los Molinos, y que recibe su nombre por los varios molinos harineros
de agua que aquí existían. Desde el mismo camino son visibles tres de ellos: El
Molino del Ciprés, El Molino de Bienvenido y El Primer Molino.
Desde aquí es ya todo bajada hasta llegar a un
grupo de parcelas donde cogeremos de nuevo pista y luego camino asfaltado, si
miramos a la sierra contemplamos prácticamente nuestro recorrido, la sierra de
punta a punta, impresionante vista con todos los molimos en su cumbre, que
desde arriba parecían gigantes y desde aquí parecen pequeños ventiladores.
Continuamos para volver de nuevo a la
vereda de Santa Ana, de regreso a Caudete, y degustar una sabrosa comida tan
merecida.
1 comentario:
Por si fuera interesante o de utilidad para ti, para tus compañeros de rutas o para los lectores de tu web, tengo publicado el siguiente blog:
plantararboles.blogspot.com.es
Un manual sencillo para que los amantes de la naturaleza podamos reforestar, casi sobre la marcha, sembrando semillas producidas por los árboles y arbustos autóctonos de nuestra propia región.
Salud,
José Luis Sáez Sáez
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