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jueves, 20 de noviembre de 2014

RUTA DIPUTACION ( PATERNA DEL MADERA) NOV-2014- ALMENARA-TEJO VIEJO-CORTIJO TORTAS 2ª PARTE


























                                                                          TEJO VIEJO
Los tejos (Taxus) son un género de árboles coníferos de la familia Taxaceae, propios de las zonas montañosas, con ambientes frescos y húmedos, y que prefieren los terrenos calizos.
Pueden alcanzar una altura de hasta 20 metros. Aunque con frecuencia se desarrolla de manera desigual, su copa es piramidal con abundantes ramas que salen del tronco de manera horizontal. El tronco es grueso y con una corteza delgada de tiras pequeñas de color pardo rojizo o grisáceo, alcanzando diámetros de 1,5 metros. Son muy longevos, pudiendo superar los 1.500 años de vida. Tiene hojas perennes de 10 a 30 mm. dispuestas en dos hileras opuestas, de color verde oscuro por la cara superior y amarillento o glabro por el envés. Es una especie dioica, con pies masculinos o femeninos. Fructifica en forma de arilo carnoso que rodea la simiente, de intenso color rojo y sabor agradable. Maduran en otoño y cada seis o siete años el árbol tiene una producción abundante de frutos. Raramente forman bosquetes, siendo lo común encontrar a los ejemplares aislados. Casi todas las partes de la planta son ricas en alcaloides tóxicos: taxina, taxol, y baccatina, siendo el primero el más peligroso, pues puede llevar a la muerte en pocos minutos. El arilo o baya es la única parte libre de taxina, pudiendo ser ingerido con la precaución de retirar la semilla.
Su madera es muy dura, de grano fino y apretado, lo que la hace muy apta para ebanistería y talla, aunque la escasez de piezas de suficiente grosor, debido a su crecimiento muy lento, limita su uso. Durante la Edad Media fue muy utilizado en las Islas Británicas para la elaboración del arco largo, por su resistencia y flexibilidad, hecho que produjo su casi extinción en las islas.

Usos y tradiciones

Silio Itálico, Lucio Anneo Floro y San Isidoro de Sevilla señalan el uso de estas semillas en la Península Ibérica por parte de los antiguos cántabros, astures y entre los pobladores de Gallaecia como veneno para suicidarse cuando se encontraban sitiados por el enemigo o presos de éste.
Estos pueblos celtas veneraban al tejo dado que formaba parte de algunos de sus rituales al ser considerado un árbol sagrado, probablemente debido a la extraordinaria longevidad de la planta, que la hace parecer inmortal. Por esta misma razón, en España ha sido plantado profusamente en la Cornisa Cantábrica al abrigo de ermitas, iglesias y cementerios desde tiempos remotos, como símbolo de la trascendencia de la muerte, y es habitual encontrarlo en las plazas de los pueblos bajo el cual se realizaba el concejo abierto. Todo esto es lo que le ha permitido perpetuar ese halo de misterio y sacralidad que envuelve lo relacionado con esta especie.
Para la tradición y cultura asturiana este árbol ha constituido un auténtico vínculo de su pueblo con la tierra, los antepasados y la religión antigua. En Asturias era costumbre el llevar a los difuntos una rama de tejo el Día de Todos los Santos, para que ella les guiara en su retorno al País de las Sombras. Durante la Noche de San Juan era asimismo usual que los mozos asturianos depositaran estas mismas ramas en las ventanas o puertas de la casa de sus pretendidas, mientras ellas les tiraban bayas de este mismo árbol.


Simbología


Su cualidad de ser un árbol perenne, tanto en el sentido de su porte, como en su longevidad, le ha valido servir como marca fronteriza y como lugar de reunión. Un árbol que por su inmutable follaje verde oscuro puede ser localizado a gran distancia. En el mundo celta, de forma especial, se veneraba a los árboles que habían visto y vivido mucho, se tomaban como sabios testigos del mundo.1
Los tejos son los ermitaños de los bosques, les gusta vivir en la soledad de las hondonadas sombrías, donde crecen lentamente durante siglos e incluso milenios.
Miguel Herrero Uceda, El alma de los árboles
Durante la cristianización, la veneración celta al tejo continuó, pasó de ser de un símbolo de muerte y reencarnación a ser de muerte y resurrección. Puede decirse que las primeras iglesias eran tejos. Las personas se reunían en torno a los árboles sagrados y podían estar en contacto con la atmósfera espiritual que rodeaba a estos árboles.1
En estas pláticas iban, cuando vieron que, por la quiebra que dos altas montañas hacían, bajaban hasta veinte pastores, todos con pellicos de negra lana vestidos, y coronados con guirnaldas, que, a lo que después pareció, eran cuál de tejo y cuál de ciprés. Entre seis de ellos traían unas andas, cubiertas de mucha diversidad de flores y de ramos, lo cual visto por uno de los cabreros, dijo: –Aquellos que allí vienen son los que traen el cuerpo de Crisóstomo, y el pie de aquella montaña es el lugar donde él mandó que le enterrasen.

Historias y leyendas

En una leyenda irlandesa, para casarse con una doncella, es condición indispensable que el pretendiente le lleve una rama de acebo, una flor de caléndula y bayas carmesíes del tejo.
Un dicho popular inglés recoge una enigmática tradición que hace referencia al tejo como el ser vivo más longevo:
Las vidas de tres zarzos, la vida de un perro.
Las vidas de tres perros, la vida de un caballo.
Las vidas de tres caballos, la vida de un hombre.
Las vidas de tres hombres, la vida de un águila.
Las vidas de tres águilas, la vida de un tejo.
La vida de un tejo, la longitud de una era.

Siete eras desde la creación hasta el día del juicio.
La longitud de una era es por término medio de unos 729 años.





                                        LACTARIUS DELICIOSUS (GUISCANOS)
El mízcalo2 , níscalo3 o robellón4 , de nombre científico Lactarius deliciosus, es un hongo basidiomiceto comestible, de la familia Russulaceae. Es muy común en España y crece en pinares y bosques mixtos. Su seta, o cuerpo fructífero, aflora en otoño, y es muy apreciada en gastronomía. El basónimo de esta especie es Agaricus deliciosus L. 1753.1 El epíteto específico, deliciosus, significa "delicioso"

Su pie es ahuecado y corto, más o menos cilíndrico o estrechado un poco en la base. De estructura granulosa: macizo de muy joven, después tiene zonas huecas sin dejar de ser resistente. Es del color del sombrero pero más pálido, con algunos hoyitos superficiales de color más intenso. Suele tener parásitos y entonces se hace frágil. El sombrero suele oscilar entre los 4 y 16 cm. de diámetro y su color anaranjado se ve modificado por círculos concéntricos de tonos rojizos y pálidos. En su juventud el sombrero se encuentra enrollado por sus bordes y conforme envejece se aplana para evolucionar a forma embudada. Las láminas son del mismo color, apretadas, finas y decurrentes. Su carne es densa y compacta, con olor suave y dulzón el sabor en crudo es algo amargoso al final. Al corte desprende un látex de color naranja. Se oxida rápidamente, adquiriendo un color verdoso cardenillo cuando envejece o al pasar algunas horas de su recolección. Uno de sus colorantes se elimina por el riñón después de haberla comido; por ello la orina se torna de un color que puede asustar al que no sabe la causa.
Lactarius deliciosus Características micológicas
?
Gills icon.png 
Himenio con láminas
Umbillicate cap icon.svg 
Infundibuliform cap icon.svg 
El sombrero es umbilicado
o embudado
Decorrenti lamelle icona.png 
Las láminas son decurrentes
Bare stipe icon.png 
El pie está desnudo
Ochre spore print icon.png 
Esporas de color ocre
Mycorrhizal ecology icon.png 
La ecología es micorriza
Choice toxicity icon.png 
Comestibilidad: recomendada
La distinta valoración con respecto a su calidad culinaria puede deberse a que su sabor varía con el terreno donde crece, o a que muchas veces se toman por níscalos otras especies muy parecidas o se aprovechan ejemplares con muchas zonas de color verdoso por ser viejos, estar maltratados o, lo más frecuente, que están o estuvieron parasitados.

Hábitat

Vive formando micorrizas con diversas coníferas, especialmente del género Pinus.

Recolección

La recolección de esta seta se hace utilizando una navaja y cortando el tallo. Mirar Recolección de hongos antes de recolectar.

Comestibilidad

La seta de Lactarius deliciosus es un comestible apreciado. A menudo es consumida asada, guisada, o como complemento de los guisos de carne.













Nuestros compañeros ya habían partido hacia La Lagunilla a unos tres kilómetros y medio siguiendo esta pista. Tras un pequeño tentempié partimos con buen ritmo para dar alcance al resto de compañeros. Al llegar a la Lagunilla giramos a mano izquierda y empezamos de nuevo a subir hacia el Puntal  de Torca Raya, una subida de unos dos kilómetros hasta  una curva hacía la izquierda donde la pista continua hasta la caseta de observación de Torca Raya, en esa curva cogemos una senda a la derecha, en dirección oeste, el barranco se queda a la derecha.
Nos adentramos en otro mundo, un bosque de hayas, acebos y pinos impresionante, una verdadera maravilla, pero por otro lado la senda era complicada, debido a la fuerte inclinación de esta y al barrizal que se había formado a causa de las lluvias.
En poco más de quinientos metros llegamos al Tejo Viejo un milenario y majestuoso ejemplar de tejo, pasamos por debajo de él y parece que en ese tramo de camino nunca el sol hubiera atravesado la espesura de sus ramas. Continuamos subiendo como quinientos metros más hasta llegar a la Cocota del Barranco del Ciervo, excelente mirador natural, desde el que podemos ver a nuestra izquierda, la caseta de Torca Raya; de frente el Almenara, todavía tapada por la niebla su cumbre, aunque había despejado bastante y a continuación, a la derecha, en la misma cuerda, la Piedra del Grito y la Peña de la Graja.
A nuestra espalda, en dirección noreste, abajo contemplamos el Cortijo de Tortas, inicio y final de este sendero. Aquí nos volvimos a juntar toda la expedición, y comenzamos la ruta por la ladera del Barranco del Ciervo, que vuelve a situarse a nuestra derecha, pues hemos efectuado un giro, para descender hasta su base. El camino era complicado a causa del barro, a unos ochocientos metros llegamos a la Fuente del Barranco del Ciervo, de purísimas aguas y a doscientos metros de allí a la cruz de los barrancos, giramos a la izquierda, nos encontramos en este tramo unos impresionantes acebos, con su espectacular verdor y sus bayas rojas, típico de estas fechas.
Continuamos bajando hasta llegar al carril de las Hoyas, donde acaba nuestra ruta circular y que nos va a regresar en dos kilómetros y medio al Cortijo de Tortas. Una ruta perfectamente señalizada con dos pintadas en blanco y amarillo, y señales de madera, indicando la dirección y distancia.



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