CALERA
QUE RECUERDOS DE AQUELLOS MARAVILLOSOS ENVASES DE VIDRIO
Con un sol radiante, aunque con bastante frío, el grupo se dirigió en primer lugar a visitar las ruinas del Palacio de los Gosálvez. Se detuvieron en este paraje donde se encuentra ubicado en un entorno muy peculiar, el Palacio de la Familia Gosalvez de estilo Versallesco Francés construido a finales del siglo IXX e inaugurado en 1902. El conjunto de edificios está prácticamente derruido, aunque dejan ver la majestuosidad que tenían en su época. También es impresionante su entorno natural, con centenarios arboles como los plátanos de sombra, que alguno, entre más de siete personas no alcanzaban a rodear con los brazos extendidos y que están en el catalogo de árboles singulares.
Continuamos la ruta río arriba, por su
margen derecha, para coger altura subiendo la cuesta de Las Peñicas y
una vez arriba disfrutar de la magníficas vista que nos ofrece el valle
formado por el Júcar para seguir andando por un entorno totalmente
natural formado por gran diversidad de especies forestales como pino,
carrasca, viña, retamas, donde también se albergan gran cantidad de
especies de fauna como aves rapaces, conejos, liebres, perdices y algún
que otro jabalí, hasta donde aproximadamente en mitad del recorrido
paramos para reponer fuerzas en las Casa del Batanejo, allí se
encuentra un hotel rural, donde nos prepararon un delicioso desayuno
con pastas, rolletes y café.
Ya con las pilas cargadas después de un
breve descanso estabamos a muy poca distancia del Puente de los Arejos,
que utilizamos para volver a cruzar el río Júcar y así tomar camino
hacia Villalgordo por la margen izquierda, pero después de un leve
ascenso llegamos a una zona con las mejores vistas de la zona, se trata
del cañón formado por el río que da lugar a este paraje denominado
“Hoces del Batanejo”, un lugar donde se puede disfrutar de la escalada.
Ya apenas hacía aire y sobraba más de un
abrigo, ya que el sol apretaba y dejaba junto con las nubes y el azul
turquesa del río Júcar un paisaje precioso, nadie quería dejar de
inmortalizar las vistas que desde aquí se podría observar, siempre con
mucha prudencia ya que era un cortado con bastante altura.
Comenzamos el regreso a Villalgordo por
la Vega, avanzando a través del paraje del Batanejo donde en esta zona
en los últimos años y debido a las labores agrícolas se descubrieron
algunos restos arqueológicos de gran interés de la época romana. Aunque
toda la ruta es cómoda, no dejamos de subir y bajar, muchas veces por
pista y otra por senderos, comenzamos a bajar en dirección al pueblo y
pasamos por otra senda natural para incorporarsnos al camino que discurre
paralelo al río, atravesando una gran zona de vega donde se cultivan
gran variedad de productos hortícolas en estas tierras de gran riquezas
regadas por las aguas del Júcar. Ya el resto del recorrido es llano,
hasta llegar al parque “Hondo del Río”, de titularidad municipal que es
de donde partimos cinco horas antes y poniendo fin a esta ruta circular
en la que pudimos disfrutar de la naturaleza de este humilde pueblo de
la provincia de Albacete.
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